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martes, 1 de diciembre de 2009

La vecina María Soledad

Vive sola. No se le conocen parientes, perros o plantas. Los fines de semana vuelve de correr y se encierra con su vieja TV. A veces la oigo hablar con el locutor del mediodía, como si él pudiera escucharla.
Nunca ingresan otras personas a su departamento, pero la soledad no parece afectarla.
Se jubiló de su empleo ferroviario ni bien pudo, quería quedarse en casa y no renegar con los clientes que no tenían cambio, alegó.
Cualquier día algún vecino del condominio la hallará dormida para siempre.
Será tarde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La vida de muchas personas que no tienen un proyecto de vida.