Besa el pétalo el viento helado. Es un martirio divino sentirlo en la frente, sin embargo, estás tan ausente. Tu piel diáfana se hunde en otras sábanas bordadas por otros vientos.
Besa la flor el aire helado.
Te fuiste y no volverás.
Prefiero mirar ese pimpollo azul a esperar a un hombre tan gris.
Ya no te deseo.
4 comentarios:
Ese hombre gris, me tocaste en lo profundo del alma. Muy honda tu prosa Ana. Me agrada saber de otra gente que gira y gira en las letras. Si querés ver algo de lo que escribe este santafesino date una vuelta por www.loseternoscaminantes.blogspot.com
Martín
Ana ...como me gustó en particular este relato, siempre es grato leerte...
Añoro los encuentros del café
Un abrazo, Caro
Anita ! me gusto este nuevo texto. Las últimas frases ! "... que esperar a un hombre tan gris".
espero que sigas bien, un beso.
Pues sí. Esperar al hombre gris no sería la mejor alternativa, verdad?
Me gustan tus textos breves. A ver si aprendo algo! :))
Besitos.
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