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viernes, 14 de marzo de 2008

Hastío

Rojo es mi cielo, como fugaz es tu mirada y silente tu calma. No te odio, pero tampoco te deseo. Tu indiferente estar, ser o existir, nuestras vidas en paralelo, vos en tu realidad y yo en la mía, vos en tu arte y yo hundida en los mares de la literatura y sus duendes sempiternos.

Voces que llegan invitándome a otras sueños y otras esquinas rosadas, Borges en el alma y Pablo esculpiendo odas a rocas deshechas de mar y hastío.

Rojo es mi cielo, ausente tu mirada, indiferente tu calma. Aún te quiero, pero me gustaría una flor en el alféizar de mi mañana.

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