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miércoles, 19 de septiembre de 2007

Aparición



Bailó con ella toda la noche. Los sorprendiós el amanecer. Me tengo que ir, dijo ella, él la acompañó. Caminaron hasta el final de la avenida Sarmiento, donde los árboles abren paso al campo y el pueblo se termina.
-¿Pero dónde vives?
-Acá. -Y lo saludó con la mano agitando su falda blanca manchada de chocolate...
Luego atravesó las rejas del Cementerio Municipal sin tocarlas, como si fuera parte del viento y desapareció en el aire húmedo del amanecer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

oooohhhh
¡qué inesperado final!!!

Saludos!

Anónimo dijo...

Cenicienta del más allá. ¿No dejó un zapatito?